Volviste bonito, como sólo tú sabes volver, como sólo tú sabes hacerlo, volviste a demostrarme que no era un punto y final. Regresaste cuando te creí perdido para siempre, cuando juré que este sí era el fin de un "nosotros". Regresaste a seguir con lo que dejamos incompleto… todos los besos, las caricias, las miradas, las preguntas, los planes… volviste para completar nuestra historia, para completarla sin ponerle fin.
No tenía sentido estar con alguien que no fueras tú. Te veía en otros rostros, te escuchaba en otras voces, te soñaba en otros sueños… te extrañaba más que nunca, más que siempre.
Eras tú al que le escribía, al que pensaba, al que veía, al que soñaba, al que le cantaba, al que quería… siempre fuiste tú, nunca dejaste de serlo. Creí poder borrarte de mi mente, de mi corazón, de mi vida, pero se me volvió imposible borrarte de mí.
Imaginé tantas veces este momento… imaginé besarte de nuevo, abrazarte y no soltarte más nunca y hoy puedo hacerlo, hoy puedo agarrarte de la mano y seguir a tu lado, seguir soñando estar juntos por siempre, hasta el último día, hasta el último aliento. Hoy puedo agradecer infinitamente a Dios por darme esta oportunidad de ser feliz a tu lado, de intentarlo nuevamente y de lograr todo lo que siempre quisimos.
Te amé cada segundo que no estuviste conmigo, cada minuto que te pensé… te amo por cada sonrisa que me sacas, por cada momento de felicidad que me das… te amaré hasta que el cielo se me venga encima, hasta que ya no pueda respirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario