miércoles, 28 de agosto de 2013

¿Por qué él?

Desde que lo conocí siempre ha rondado en mi cabeza esa pregunta, ¿por qué él? ¿Por qué una persona que me ha hecho sufrir tanto? Supongo que es mi karma, es el precio que tengo que pagar por algo que hice. Aunque, si es así, es el precio que pago con más gusto. 

Él me encanta, su forma de ver la vida, su forma de hablar, su forma de mirar, todo de él me fascina. Tiene la facilidad de ser mi debilidad, creo que eso es lo que mejor lo define, mi debilidad. 

Quisiera dejar de pensarlo, quisiera que me dejara de importar, aunque sea por un día, me canso de amarlo tanto. Aunque también quisiera que él se sintiera de la misma manera. Quisiera que me viera de la misma forma que yo lo veo, que se perdiera en mi voz como yo me pierdo en la suya, que pensara en mí todo el día, así como yo lo pienso. Daría tanto porque se sintiera igual que yo. 

Desearía poder dejar de escribir sobre él, sobre nosotros, sobre lo que siento... pero es inevitable, se me hace inevitable comenzar a escribir y que no me venga él a la mente. ¿Cómo hago para sacarlo de mí? Cómo hago si se ha metido en lo más profundo de mí, se ha metido en mi corazón, en mi alma, se ha adueñado de mí. 

Lo amo, lo amo con tanta locura que podría llamarme loca, lo amo con tanta fuerza que podría levantarme si me cayera, lo amo con tantas ganas que movería el mundo por verlo feliz.  Lo  amo bonito, no de ratito. Lo amo con cada parte de mí. Lo amo porque, a pesar de todo, me impulsa a ser mejor. Lo amo a pesar de lo malo, de sus defectos e imperfecciones. Lo amo desde que lo vi por primera vez.

Siempre me seguiré preguntando, ¿por qué él? ¿Por qué César? ¿Por qué no fue otro? Y la respuesta siempre será la misma, porque es perfecto para mí, porque sus imperfecciones encajan perfectamente conmigo, porque siempre que quiero decir algo malo sobre él, se convierte en algo bueno. Porque solamente él tiene la facilidad de volverme loca en segundos, de hacerme feliz, de hacerme amarlo cada día más... Como dije antes, tiene la facilidad de ser mi debilidad. 

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